Poco a poco, surgieron nuevos sistemas como el microprocesador, 1969, el cual producía mayor capacidad de información que los ordenadores de los años 50.
Luego aparecieron juegos como el PONG, 1972, hasta llegar a uno de los videojuegos más conocidos y exitosos como fue el de la casa Nintendo, que se convirtió en el juguete preferido por los niños/as.
La extensión y éxito de los videojuegos a lo largo de los años, ha provocado multitud de estudios e investigaciones sobre los efectos positivos y negativos que causa sobre los niños/as.
Los estudios sobre efectos de los videojuegos abarcan tres grandes dimensiones:
La afectiva, por los sentimientos que despiertan;
La conativa, por la agresividad o la impulsividad;
La cognitiva, por las capacidades que desarrolla en los niños/as.
Hoy en día, los videojuegos y su progresiva implantación entre los niños tiene un gran éxito.
Por una parte, hay que tener en cuenta la gran afinidad que existe entre los valores, actitudes y comportamientos que promueven los videojuegos y los que son dominantes en nuestra sociedad actual.
Por otra parte, desde el punto de vista del aprendizaje, hay que tener en cuenta que los videojuegos cumplen muchos de los requisitos que una eficaz enseñanza debe contemplar, y en muchos casos lo hacen mejor incluso que nuestros actuales sistemas educativos
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